Euphorbia lactea “Cristata” o “Crestada” son en realidad dos cactus distintos, donde se injerta una parte superior (la cresta) en un tallo de otra variedad.
La cresta retorcida y ondulada, en forma de coral,es una mutación de Euphorbia lactea, mientras que el tallo en el que se injerta suele ser de la variedad Euphoribia neriifloia.
Los colores de la cresta varían entre el verde, azul-grisáceo y el plateado, mientras que el tallo es verde con manchas blancas o verde lima. Los bordes de la cresta pueden ponerse rosados cuando tienen unos niveles felices de estrés.
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Euphorbia lactea “Cristata” es genial para principiantes y para el cultivo en interiores pues no requieren demasiados cuidados. Puede que tarde un tiempo en adaptarse a su nuevo ambiente, pero una vez que lo haga prácticamente se cuidan solas. De hecho, es más probable que se muera por un exceso de cuidado y riego que por falta de cuidados. Lo más importante es que tengan un suelo con buen drenaje y abundante luz solar.
La Euphorbia lactea “Cristata” no resiste bien el frío, por lo que si vives en una zona que alcance temperaturas bajo cero en invierno, lo mejor es plantarla en una maceta o contenedor que puedas llevar al interior en invierno.
Este cactus es altamente decorativo en interiores y sería extraño que quisieras plantarlo en exterior, pero si lo haces, lo mejor es plantarlo en una zona que tenga tanto sol como sombra durante a lo largo del día, pero evitando que el sol directo le llegue durante las horas centrales del día cuando las temperaturas son más altas.
Si lo tienes dentro de casa, colócalo en una zona soleada, como una ventana que de al sur (si estás en el hemisferio norte).
La Euphorbia lactea crestada tiene las necesidades típicas de cualquier cactus y su peor enemigo es el exceso de riego. Lo mejor es emplear el método de “regar y dejas secar”, permitiendo que el suelo se riegue por completo entre riegos. Sobre todo, el suelo no debe estar encharcado para evitar la pudrición de las raíces.
Puede requerir riegos semanales en verano si la temperatura es muy elevada. En invierno, cuando entra en su periodo de reposo, el riego debe producirse como mucho cada 2 o 3 semanas.
Lo más importante para este cactus y en general para todas las suculentas es crecer en un suelo con un buen drenaje. El Cactus Coral no es particularmente exigente con el pH del suelo, por lo que cualquier mezcla de suelo para cactus y suculentas que puedas encontrar le irá bien. Por ejemplo esta que puedes comprar en Amazon.
Aunque la fertilización no sea estrictamente necesaria, sobre todo si se trasplanta regularmente aportando a la planta nuevo suelo lleno de nutrientes, el Cactus Coral se beneficiará si se le aplica un fertilizante al comienzo de la primavera con una concentración NPK (5-10-10) o con un fertilizante universal para plantas de interior a la mitad de la concentración recomendada en el mismo. Repite cada 2 o 3 meses y suspendiendo la misma cuando llega el invierno.
¿Cuándo debe trasplantarse el Euphorbia lactea Crestada? La primavera es el mejor momento para los cactus coral, aunque a estas plantas no les importa demasiado tener sus raíces compactas en una maceta pequeña, pero siempre se beneficiarán de un suelo nuevo llevo de nutrientes. Trasplanta si crece demasiado en altura y el peso pudiera hacer que la maceta se volcase.
Usa unos guantes para protegerte de las pequeñas espinas y retira con cuidado la planta. Trasplanta en una maceta con agujeros de drenaje, con un sustrato para cactus y suculentas que puedes comprar en centros de jardinería u online, aquí, por ejemplo.
La Euphorbia lactea crestada no se propaga con facilidad. Para hacerlo deberás aprender a injertar un trozo de la cresta de una planta que ya tengas en un tallo de otra variedad de Euphorbia, normalmente Euphorbia neriifloia pero en ocasiones también se emplea Euphorbia canariensis.
El mejor momento para injertar esta suculenta es el verano, cuando la planta está creciendo activamente.
Las euphorbias segregan un latex que puede causar irritación en la piel, por lo que es recomendable que uses guantes durante esta operación.
Una vez que has seleccionado una planta sana sobre la que injertar una nueva cresta, haz un corte en forma de “V” en la parte superior de la planta. En la cresta de la planta que estás intentando multiplicar, corta un trozo en forma de “flecha” que encaje bien en el corte que has hecho en el tallo. Pon la flecha sobre la V del tallo y sujeta ambas partes con un cordel.
Permite que la planta cicatrice durante varias semanas y una las dos partes colocándola en un cuarto cálido y con luz brillante. Revisa tu planta de vez en cuando para ver como va cicatrizando y una vez que lo haga puedes llevar la planta a otro lugar de la casa si lo deseas. Riega con normalidad.
Si el injerto parece que no se ha curado adecuadamente, cambia la cuerda y deja que seque por un par de semanas más.
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