Kalanchoe luciae es una espectacular suculenta que impresiona por sus grandes y gruesas hojas. En ocasiones es confundida con la Kalanchoe thyrsiflora.
Kalanchoe luciae (planta de paleta), es una suculenta de rápido crecimiento que tiene hojas redondeadas en forma de disco y el margen de la hoja adquiere un tono rojizo durante los meses más fríos de invierno, de lo contrario las hojas permanecen uniformemente verdes. La cantidad de exposición al sol afecta la cantidad de rubor rojo que exhiben las hojas.
Sorprende por sus grandes hojas carnosas y redondeadas que miden hasta 20 cm de largo y 15-20 cm de ancho, formando una roseta basal.
La Kalanchoe luciae es una planta perenne o bienal, suculenta en roseta, tanto solitaria como formando matas de unos 60 cm de ancho.
En el momento de la floración cada roseta madura desarrolla un solo tallo robusto, curvo en la base, luego erecto y recto, de unos 1,5 m de altura y hasta 2 cm de diámetro en la base. La inflorescencia es delgada, cilíndrica, las flores de color verde amarillento pálido.
Esta suculenta es monocárpica, lo que significa que muere después de florecer. Pero antes de que la planta muera, puedes volver a plantar las suculentas bebés que nacen alrededor de su base en una maceta nueva.
El hábitat natural de la Kalanchoe luciae (subsp. luciae) se extiende desde la Provincia del Norte a lo largo del terreno escarpado hasta Suazilandia y el norte de KwaZulu-Natal, también hacia el norte hasta Zimbabue y Mozambique. La Kalanchoe luciae subsp. montana (Kalanchoe montana) que crece en la montaña Emtembe, Suazilandia, se extiende desde el sur de Lydenburg en Mpumalanga hasta Mbabane Swazilandia.
Kalanchoe luciae comúnmente se ha identificado erróneamente como Kalanchoe thyrsiflora, a la que se parece.
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Coloca tu Kalanchoe luciae dentro de casa en una zona con luz media o brillante. Saca tu planta a la terraza en la primavera o el verano si lo deseas, pero protegida del sol durante las horas más calientes del día.
Si vives en una zona donde los inviernos sean suaves, puedes plantarla en el jardín, ubicada en rocallas o zonas áridas de bajo mantenimiento, siempre a pleno sol o sombra muy ligera a las horas de mayor insolación.
Si la zona es propensa a las heladas, podemos plantarla en macetas que podamos llevar al interior en los meses más fríos. Temperaturas inferiores a los 6-8ºC puede provocar daños en la planta, que se empezarán a notar porque se le caerán las hojas.
Esta suculenta requiere un suelo con buen drenaje. Puedes plantarlos en un sustrato específico para cactus y suculentas (como este) mezclado con un poco de perlita.
Como alternativa puedes hacer tu propia mezcla con 2 partes de compost rico en materia orgánica o de turba, 1 parte de perlita o vermiculita, 2 partes de arena.
La Kalanchoe luciae tiene las necesidades de riego típicas de una suculenta. Es mejor usar el método de “remojar y secar” y dejar que la tierra se seque completamente entre riegos.
La humedad ambiental no es un aspecto determinante a la hora de cultivar con éxito esta planta dentro de casa y puede vivir muchos años en las condiciones de humedad habituales de cualquier casa.
Fertiliza durante los meses de primavera y verano. Lo mejor es un fertilizante para cactus y suculentas, pero también puedes emplear un fertilizante universal para plantas de interior a la mitad de la concentración recomendada en el mismo.
Plantado en el jardín, no es necesaria la fertilización a menos que el suelo sea muy pobre.
Cuando la planta crece demasiado para el tamaño de la maceta o ramas crecen muy largas se pueden trasplantar la planta a una maceta más grande o recortar algunas ramas y usar sus hojas para propagar la planta como veremos en el siguiente apartado.
La Kalanchoe luciae se puede propagar fácilmente por hijuelos basales o por decapitación.
La Kalanchoe luciae produce pequeños brotes alrededor de la base de la planta. Simplemente arráncalos con cuidado, permite que los hijuelos se sequen durante uno o dos días antes de volver a plantarlos en un suelo con buen drenaje.
Algunos expertos recomienda plantarlos en un sustrato completamente seco e ir aportándole agua poco a poco para estimular el crecimiento de las raíces.
Corta la cabeza con unas tijeras o cuchillo afilado y desinfectado. El corte se debe hacer a unos 5 o 6 cms de altura sobre el nivel de la tierra, por debajo de las últimas hojas sanas.
Asegúrate también que la cabeza tenga suficiente tallo para que puedas plantarla luego en el suelo.
Deja que tanto la base como la cabeza sequen las heridas al aire durante unos días antes de plantarla sobre un suelo seco. Espera otro par de días que la cabeza se asiente en el suelo antes de regar por primera vez.
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